Los restos culturales de esta cerámica fueron definidos por el profesor ecuatoriano Huerta Rendón (1940) en alusión a la cultura que se extendió desde Bahía de Caráquez hasta el sur de Manabí. La cerámica Bahía se ha caracterizado por su estilo y detalles pudiendo observar representaciones patológicas en sus figurinas (Rivas, 2019, 2023). Otra característica de la cerámica Bahía es la representación del monstruo Bahía, el cual puede presentar rasgos de anfibios, felinos y de reptiles (Cotapo, 2021).

Las primeras excavaciones hechas en Salango identificaron dos fragmentos cerámicos asociados a esta cultura. No obstante, el equipo de investigadores de FAU ha podido determinar su presencia en los sitios N4C3-40 y N4C3-170